Ya estás en la recta final de esta estupenda Masterclass titulada «7 claves para gestionar tus emociones» y por esta razón para ayudarte a reubicarte voy a hacer un repaso de todo lo que has visto en ella.
Con las anteriores perlas, con cada podcast y cada artículo son perlas digitales ¿a que sí?:
- has descubierto la gran mentira sobre los problemas psicológicos fundamentales
- has devuelto la moto que te vendieron sobre la inteligencia
- has entendido como funciona la inteligencia emocional gracias a la metáfora «del barco velero»
- ya conoces los tres amarres que necesitamos para hacer cambios (conocimiento, habilidad y sobre todo actitud)
- has tirado a la basura las tres leyendas o mitos sobre las emociones
- te has rendido ante el poder de las emociones ya que estas no entienden de tiempo.
- y… fíjate ya donde estamos, estamos en la ansiada y esperada última perla titulada ¡arriar las velas!
¿Y qué vas a descubrir con esta clave? Vas a descubrir no sólo qué información te dan tus emociones, sino también qué te piden que hagas y algo muy importante, qué pasa si no las haces caso.
Y para ponerlo fácil he elegido una película de dibujos, la primera peli de inteligencia emocional “In side out”, en español “Del revés” de Pixar, ¿la conoces? ¿la has visto?
Está genial, me encantó como trataron el funcionamiento del sistema emocional, con la metáfora del cuadro de mandos. Como si tuviéramos un cuadro de mandos en la cabeza y cómo, dependiendo de lo más adecuado en cada situación, iban tomando el control del cuadro de mandos una emoción u otra.
Utilizaron principalmente las emociones básicas a falta de la sorpresa que no se trató en la película y por eso no hay personaje para esta emoción, pero sí para las demás.
Y utilizando estos personajes vamos a recorrer dos caminos, el primero, es el que escogeríamos si no tuviéramos inteligencia emocional. Esto significa que en muchos casos no percibiríamos nuestras emociones, por tanto no leeríamos su significado, es decir, de lo que vienen a informarnos. Esto haría que lleváramos a cabo una conducta limitante, que reforzaría en nosotros un contra-valor y lo peor, nos llevaría a meternos en una carga emocional que nos haría perder el rumbo.
Y también, con cada personaje, es decir con cada emoción vamos a recorrer el otro camino, el camino que elegimos si tenemos desarrollada nuestra inteligencia emocional. Este nos permite hacernos conscientes de nuestras emociones, nos ayuda a conocer en todo momento lo que está pasando, la información tan valiosa que nos traen. Y como la información es poder, ésta nos ayudará a saber qué conducta es la adecuada, por eso se denomina conducta constructiva, porque reforzará en nosotros un valor que nos hará que lleguemos a buen puerto.
Repito, con cada emoción vamos a recorrer dos caminos, uno sin inteligencia emocional y otro con inteligencia emocional para que veas a donde te lleva cada uno y puedas elegir a partir de hoy por cuál quieres ir ¿me he explicado bien?
Para ponerlo más fácil todavía, vamos a ir emoción a emoción, cada mes hablaremos de una emoción y recordaremos esta manera de abordarlas.
Hoy abordaremos la emoción del enfado.
Nuestro querido amigo, el enfado. ¿y qué significa el enfado? Pues la emoción del enfado significa perdida de poder o que han traspasado los límites ¿qué limites? Los nuestros.
El camino del enfado sin inteligencia emocional es este, como no leo o no entiendo el significado de la emoción la conducta va a ser limitante, es decir, seguramente nos movamos entre dos extremos, o siendo permisivos o siendo agresivos que nos llevará a reforzar los contravalores extremos de sumisión o venganza y nos hará caer por tanto en las cargas emocionales de la IRA, el RESENTIMIENTO y la CULPA.
Yo a esto lo llamo «caer en el fango», y salir del fango es muy difícil, por eso es mejor aprender a hacer el otro recorrido.
El camino del enfado con inteligencia emocional sería este, sentiremos el enfado, seremos conscientes de su presencia y nos daremos cuenta de la información que nos trae, de su significado.
Es decir sentiré el enfado, miraré a mi alrededor y me daré cuenta que ha habido una perdida de poder o traspaso de límites (vamos que lo mas seguro es que se hayan pasado tres pueblos conmigo).
Al hacerme consciente de esto sé que lo que tengo que hacer es superar esa perdida de poder y marcar unos límites porque, ¿sabes que la mayoría de las veces que los demás traspasan nuestros límites es porque quizá yo no los he marcado previamente, no los he fijado, no le he dicho a esa persona cuales eran mis límites? Y esto ha podido pasar, bien porque no sabía como decírselo o bien porque ni yo misma los sabía.
Por varias razones la mayoría de las veces no sabemos marcar unos límites y entonces la gente los traspasa o quizá los marcamos ya muy tarde y cuando lo hacemos estamos tan enfadados ya que saltamos de ser permisivo (no marca ningún límite) al agresivo que de repente se pone a cortar cabezas sin ton ni son a todo el que se pone por delante, ¿o no? ¿No te ha pasado esto alguna vez? A mí unas cuantas. Es más, todavía a veces me sigue pasando.
Pero si aplico como he dicho la inteligencia emocional en mi vida, esta me ayuda a marcar bien y adecuadamente mis límites, cuando digo adecuadamente me refiero a marcar límites cuidándome a mí y a los demás, cuidando las relaciones. Esto me refuerza el valor del coraje, el cual me ayudará a superar ese enfado y recuperar mi equilibrio emocional.
Por tanto te sintetizo cómo arriar la vela del enfado.
Puedes recorrer dos caminos, uno sin inteligencia emocional donde puedes sentir las emociones esto es evidente, pero no las percibes, no eres consciente de ellas, es decir, no lees el significado, no te paras a ver que vienen a decirte, qué información te traen y por tanto no gestionas la emoción, al no gestionar vas a la deriva y no llegas a tu destino.
Y otro recorrido con inteligencia emocional donde sientes y además percibes la emoción, lees su significado, te paras a darte cuenta de la información que tiene para ti esa emoción en ese momento de tu vida y esto te ayuda a gestionar adecuadamente poniendo en marcha conductas constructivas, haciendo lo que te pide cada emoción que hagas para retomar el rumbo de tu barco y llegar a tu destino.
Y tú quieres eso ¿verdad?, pues dale al play que te cuento un ejemplo y una propuesta de acción para practicar que te ayudará a gestionar mejor tu enfado (tienes el reproductor en la esquina inferior izquierda de la foto de portada).
Un abrazo,
Pilar